Con la nueva reforma fiscal en vigor desde 2015, se limita enormemente la deducibilidad de los llamados “gastos de representación”.

Aquí suelen incluirse las atenciones a proveedores y clientes, y los “gastos de comidas” o “gastos en restaurantes”.

LA CANTIDAD DEDUCIBLE SE LIMITA AL 1% DEL IMPORTE DE LA CIFRA DE NEGOCIOS DE LA EMPRESA (O DEL EMPRESARIO PROFESIONAL)